Estudiantes de diversas universidades se celebraron en una asamblea, en la plaza de La Candelaria, para debatir el proyecto de reforma constitucional que presentó el Presidente Hugo Chávez. La discusión terminó con algunos hechos de violencia que impidieron la votación de las conclusiones. Entre los asistentes estaban los líderes de la Universidad Católica Andrés Bello, Jon Goicochea y Robert Serra; el presidente del Instituto Metropolitano de la Juventud, Nahum Fernández, entre otros. Este último propuso que el gobierno “expropie” a la Universidad Católica Andrés Bello, para que los “vecinos de la comunidad de Antímano puedan estudiar” en esa institución.
Alejandro Rojas, estudiante de Ciencias Políticas de la UCV, pidió que no se tomaran posiciones a priori “llevadas por las pasiones” sino que se debatiera realmente el proyecto de reforma más allá de decidir si se va a votar por el sí o por el no en el referendo.
Una vez iniciado el debate y tras expresar su rechazo a la reelección continua Goicochea se levantó de la mesa porque "se incumplió la agenda", según dijo, al incluirse en el debate al también estudiante de derecho en la UCAB, Robert Serra.
Serra señaló a Goicoechea de cobarde y le reprochó su asistencia al aniversario del partido político Acción Democrática.
“Goicoechea, me tienes miedo”, afirmó.
Goicoechea señaló que lo sucedido evidencia “la falta de tolerancia que se vive en el país”. Ratificó que los estudiantes seguirán participando en el debate acerca de las modificaciones a la Carta Magna que propuso el presidente Chávez. Los jóvenes discutieron los artículos de la reforma constitucional que afectan la parte económica del país, entre ellos los número 112, 113 y 115; aunque los gritos y la descalificaciones verbales se mantuvieron a lo largo del debate.
Durante el debate, Goicoechea reconoció: “Nosotros estamos de acuerdo con que el estado se funde con valores humanísticos (…) lo que no estamos de acuerdo es de que se suprima la posibilidad a cada venezolanos de escoger la rama económica de su preferencia”.
Sin embargo, Serra argumentó que los artículos comprendidos en la reforma constitucional están “concatenados”, por lo cual apoyan una aprobación en bloque con miras a la creación de “un nuevo sistema económicos socialista y humanista”.
En tanto, el estudiante José Omar Molina, representante del Comité Defensor de la Reforma, manifestó que el Estado se encuentra en una “fase de transición” al socialismo porque el gobierno del presidente Chávez no ha logrado acabar con el “capitalismo” en la economía venezolana.
En cuanto a la propiedad privada, Robert Serra aseguró que el proyecto de reforma desmiente “la preocupación llorona y mezquina de que queremos (El Gobierno) acabar con la propiedad privada”.
Los estudiantes bolivarianos se mostraron firmes en el respeto a la propiedad privada de cada venezolano, siempre y cuando esta no afecte “al pueblo” porque según dijeron existen “latifundistas” en las ciudades que abusan de la población.
Goicoechea aseguró que el artículo 115 de la actual Constitución “garantiza el derecho a la propiedad” pero el propuesto por el presidente Chávez “es violatorio de los sueños de los venezolanos”.
“No está garantizada, es una farsa. La propiedad privada consta de varios elementos uno de esos elementos es la disposición. Eso no está escrito aquí (reforma)”.
Señaló que la defensa a la propiedad privada “no es por el que tiene sino por el que quiere tener”.
En el momento en que eran leídas las conclusiones de la discusión por la estudiante UCV, Lisa Moros, se presentó un cruce de palabras cuando el dirigente estudiantil de la USB, Alexis Cabrera, rechazó la denominación de “estudiantes de oposición”.
Moros argumentó que “son estudiantes de oposición porque no están de acuerdo con el gobierno actual que está haciendo una reforma”.
Acto seguido se presentó un cruce de consignas como: “Uh, ah, Chávez no se va”; “Victoria Popular” y “No volverán”, por parte de los estudiantes oficialistas, mientras los jóvenes que se encontraban rechazando la reforma coreaban “Libertad”.
Los gritos suscitaron unos minutos de confusión donde se consumaron algunos hechos de violencia, lo cual ameritó la internvención de la Policía Metropolitana.
En otras mesas de discusión como la de Educación y Política, las discusiones continuaron hasta tempranas horas de la noche.
