sábado, 7 de julio de 2007

Diario colombiano entrevistó a Jon Goicoechea

El Espectador (Colombia)
Joaquim Ibarz


Entrevista con el líder del movimiento estudiantil de Venezuela
La nueva cara de la oposición


Jon Goicoechea está al frente de los estudiantes que protestan contra el presidente Hugo Chávez. Dice que las manifestaciones no son en contra del mandatario y no buscan derrocar al gobierno.


Tenía apenas 12 años cuando Hugo Chávez llegó al poder y hoy está al frente del movimiento estudiantil que lo tiene en jaque. Jon Goicoechea es el líder de la protesta estudiantil que desde hace unas semanas se tomó las calles de Caracas y que ya empieza a inquietar al gobierno venezolano. Contrario a lo que sucedía con la desacreditada oposición —que estaba compuesta por políticos llenos de vicios electorales y gente con afán de protagonismo—, los estudiantes sólo quieren hacer escuchar su voz.

La primera vez que los venezolanos vieron a Jon Goicoechea en Globovisión —el único canal que mantiene una voz crítica— quedaron prendados de este joven que además de brillantez en sus argumentos mostraba madurez, valentía y, algo muy escaso en este país, una acusada sensatez. Como representante de la Universidad Católica Andrés Bello (jesuitas), se convirtió en portavoz del movimiento opositor.

¿Por qué los estudiantes salen ahora a la calle pese a no haber hecho una sola protesta durante los ocho años del mandato de Chávez?

Nuestra bandera es la defensa de la libertad de expresión. Con el cierre de RCTV sentimos que se perdía un espacio importante de libertad. Sin libertad de expresión no hay democracia. La libertad está en peligro en Venezuela. En las marchas en las que hemos participado, en el campus de la Universidad Central se ha colocado una gran pancarta con sólo la palabra libertad. Esas ocho letras resumen el sentido de estas marchas y explican nuestra defensa de la democracia.

Chávez tacha a los estudiantes de golpistas, que quieren desestabilizar al Gobierno.

El presidente no tiene otra respuesta que llamarnos golpistas. Pretende descalificarnos, pero su discurso es vacío, repetitivo, ya no convence a nadie. No somos golpistas, y él lo sabe. No gritamos contra el Presidente, no pedimos su salida del poder, no pretendemos derrocarlo. No protestamos para desestabilizar al gobierno sino para defender a la patria y la democracia. Nuestro movimiento es pacífico. La violencia conviene a algunos para justificar la represión. Hemos introducido una forma innovadora de lucha. Pedimos libertad de expresión, de protesta, de manifestación.

El presidente Chávez los acusa de “peones del imperio”...

Esas palabras del presidente ofenden a los venezolanos. Somos los primeros en apoyar la soberanía del país. Chávez incurre en la vieja forma de hacer política, descalifica al adversario con insultos y no con razones. Quiere destruir a los que nos movemos por principios. Esa manera de actuar ya no tiene credibilidad. Fue una irresponsabilidad que el Presidente convocara a la gente de los barrios populares a enfrentar a los estudiantes.

¿Venezuela se encamina hacia una dictadura?

Desde el momento en que en Venezuela se irrespeta la Constitución y el ciudadano no puede defender sus derechos ante un tribunal de Justicia imparcial, hay que pensar que vamos hacia una dictadura. Las condiciones se están dando.

El profesor Antonio Pasquali advierte sobre la cubanización de las comunicaciones y denuncia que técnicos cubanos emiten el documento nacional de identidad y los pasaportes de los venezolanos que contienen un chip con mucha información.

Si fuera así sólo podría calificarse de traición a la Patria y de violación a la soberanía nacional.

De la noche a la mañana usted se ha convertido en un dirigente famoso que despierta expectativas. ¿Cómo asume este papel?

Aquí no hay un líder único. El movimiento lo dirige un colectivo de estudiantes que ganaron las elecciones universitarias. Por cierto, los chavistas las perdieron todas. Ahora buscamos la coordinación nacional con todas las universidades del país. Yo asumo mi papel con humildad y responsabilidad.

¿Cómo ha madurado tan joven?

Mi vida no ha sido fácil, de joven tuve que afrontar dificultades. Eso me hizo madurar y crecer internamente. Mi abuelo Jon Goicoechea, con quien viví mi infancia, me formó. Y sigo educándome en la universidad de los jesuitas. Mis abuelos me inculcaron buenos valores. Con ellos hice en 2004 una visita a Gordejuela, Vizcaya, su pueblo natal. Fue un viaje muy emocionante y formador.

¿Qué sentido tiene estudiar Derecho en un país donde se irrespeta la ley?

Soy un apasionado del Derecho, y confío en que con el esfuerzo de todos podamos cambiar las cosas. ¿Si la Justicia está secuestrada por el Ejecutivo? Los ilustres juristas Eduardo García de Enterría y Manuel García-Pelayo sufrieron exilio en la represión franquista. Hoy sus textos se estudian en todas las universidades. Los estudiantes queremos que se restablezca el estado de derecho. Luchamos por transformar Venezuela a largo plazo, no salimos a la calle por una coyuntura del momento. En sus 200 años de independencia en Venezuela nunca se ha alcanzado una verdadera república, con ciudadanos libres e igualdad de oportunidades. A largo plazo queremos una Venezuela que rompa con el curso que ha seguido el país entre militarismo, caudillismo, deficiencia administrativa y división social. Confío en que este movimiento desemboque en una regeneración de valores.

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