martes, 24 de julio de 2007

Hermanos Mejías acudieron a su primera cita de régimen de presentación

Globovisión

Los hermanos Mejías acudieron este lunes a su primera cita del régimen de presentación que les impuso el tribunal cuarto.

Juan Mejías, el mayor de los hermanos, declaró antes de ingresar al tribunal que es penoso tener que cumplir con el régimen y agradeció a los estudiantes que lo acompañaron.

Alentó a sus compañeros a seguir manifestando pacíficamente porque hay que luchar por los derechos y aseguró que no hicieron nada incorrecto y son inocente del delito de incitación al odio que se les imputa.

Informó que se mantiene la medida de presentación cada 8 días y tienen la restricción de participar en actos que puedan hacerlos reincidir.

1 comentario:

Beltrán dijo...

El mayo francés como anuncio del siglo XXI

Al recordar los días de furia y creación de Mayo de 1968, en Francia, no se trata de memorar una romántica actitud juvenil desconectada de la realidad sino de bucear en un fenómeno que trascendió a sus propios actores, se universalizó y ha quedado planteado como generador de ideas que miran mas al siglo XXI que al XIX.
Aquella rebelión estudiantil y obrera conmovió al gobierno de Charles De Gaulle -que parecía asentado sobre bases muy firmes-, sacudió la modorra ideológica que envolvía a las naciones centrales durante la Guerra Fría y planteó interrogantes como también afirmaciones movilizadoras.
Los jóvenes que iniciaron en Nanterre el movimiento ignoraban que había desencadenado un movimiento que dejaría una huella muy honda en la sociedad contemporánea. Fue un fenómeno muy parecido a la Comuna de París de 1871, sublevación proletaria que cuajaría, medio siglo después, con la Revolución Rusa.
Los ideólogos del Mayo Francés, entre ellos Herbert Marcuse y Jean Paul Sartre, plantearon cuestiones novedosas que no se encontraban en el Diamat soviético ni en los criterios reformistas de la socialdemocracia. Impulsaron la necesidad de una alianza entre las clases subalternas con la inteligencia universitaria, dejando de lado los "clasismos" abstractos. Se rechazó como deshumanizadora a la tecnocracia, abjurándose de las burocracias de todo tipo. Fue proclamada la libertad de amar dejando de lado prejuicios anacrónicos, cambió las costumbres en la sociedad civil, se constituyó en el detonante de la liberación femenina y de la defensa de la ecología y el medio ambiente y previó un cambio social anticapitalista de contenido antiestatista y autogestionario, descentralizador y democrático.
La opinión de Wallerstein
Immanuel Wallerstein, en un reciente libro analiza el Mayo Francés dejando de lado lugares comunes y anécdotas, catarsis intelectuales y complejos de culpa típicos de las clases medias actuales en la etapa de la globalización capitalista.
Sostiene Wallerstein en Después del liberalismo (Siglo XXI, 1997), que los hitos revolucionarios del siglo XX no deben medirse por la Revolución bolchevique de 1917 ni los procesos de descolonización. Por el contrario, las revoluciones alumbradoras de lo nuevo -explica el pensador- fueron la de París en 1848 (primera Comuna) y la de 1968. La del 48 significó el triunfo de la burguesía republicana consolidando la revolución de 1830 y permitió el surgimiento del "cuarto estado" (el proletariado). La de 1968 fue el prolegómeno de lo porvenir que se vivirá en el siglo XXI.
Wallerstein dice que la Revolución de 1917 abandonó la democracia consejista y constituyó un capitalismo de Estado, consolidado durante la tiranía de Stalin, que entró poco a poco, en la lógica del sistema capitalista mundial, dio la batalla en términos similares y perdió. Las revoluciones anticolonialistas posteriores a la Segunda Guerra Mundial fueron antisistema durante la guerra de liberación pero instalados los nuevos regímenes políticos entraron en los moldes de la globalización.
Los días rabiosos de Mayo de 1968 se desencadenaron en París por una rebelión estudiantil. Pronto se les unieron los jóvenes obreros y finalmente congregó a más de diez millones de personas en una huelga general. Fue espontánea, no tenía una dirección política y por eso De Gaulle podría remontar la situación, pero el general había sido herido políticamente renunciando meses después.
Fue un gran rechazo al sistema capitalista y a las dictaduras estalinistas. Tuvo componentes libertarios, se vivó a Bakunin pero también a Marx y a Heráclito. Se condenó al neofascismo, al clericalismo, a los Estados Unidos por su intervención en Vietnam, se vivaba al Che Guevara, muerto en Bolivia un año antes. La consigna era "está prohibido prohibir".
El "corsi e ricorsi" de la vida, del que hablaba Vico, dio lugar, treinta años después, al aplastamiento de los movimientos revolucionarios en América latina, el resurgimiento del racismo, el desclasamiento y marginación de enormes masas humanas, el desarrollo de la violencia y corrupción estructural, la imposición del capital financiero a nivel planetario. Una nueva Restauración, como la que sucedió a la Revolución de 1789. Pero después de procesos tan intensos, las cosas nunca serán iguales.
Los hechos
La Facultad de Humanidades de Nanterre tenía cinco años de vida reuniendo a 14.000 estudiantes, en su mayoría franceses pero también procedentes de otras naciones europeas. Reivindicaciones inmediatas de los estudiantes encenderán la mecha de la rebelión. En abril de 1968 los estudiantes se reunieron en mítines muy numerosos bautizándose el anfiteatro con el nombre de "Che Guevara".

Lo curioso fue que desde el primer momento tanto los comunistas de matriz soviética como los viejos socialistas, miraron con desprecio y preocupación a esos estudiantes "revoltosos" calificando a sus dirigentes de "aventureros". Temían que los disturbios les hicieran perder votos en las clases medias.

El 19 de abril, 2000 estudiantes se congregan en el Barrio Latino para repudiar el atentado criminal contra uno de los líderes de la rebelión juvenil europea, el alemán Rudi Dutschke, conocido en la prensa mundial como "Rudi el rojo". Otro alemán, Daniel Cohn-Bendit, aparece liderando las manifestaciones francesas y el Movimiento 22 de Marzo. El 27 de abril, Cohn Bendit es detenido por la policía y al día siguiente, los comités "Vietnam de base"desmantelan una exposición del gobierno de Vietnam del Sur. El grupo fascista "Occidente", una especie de Triple A francesa, comete varios atentados y ataques contra los estudiantes pero cuando las masas salen a las calles, su actividad desaparece.

La semana rabiosa duró desde el 3 al 15 de mayo. Fueron trece días que conmovieron al mundo. Los primeros grupos políticos que se adhirieron fueron las Juventudes Comunistas Revolucionarias (maoístas), el Partido Socialista Unificado -pequeña agrupación de la nueva izquierda- y núcleos anarquistas extraparlamentarios y trotskistas. Los manifestantes tomaron las casas de estudio, amenazaron a los ayuntamientos y oficinas públicas, y gritaban consignas como: "¡Muera la represión!", "¡Liberen a nuestro camaradas!", "Gaullismo-dictadura". El gobierno sostuvo que se trataban de "agitadores". El Partido Comunista dejó de atacar a los rebeldes. Los sindicalistas comenzaron a mirar con interés a los jóvenes que se acercaban a las fábricas a confraternizar con los obreros y empleados.

El 6 de mayo, 600.000 estudiantes entraron en huelga en toda Francia efectuando un llamamiento para una huelga general. La violencia se generalizó en el Barrio Latino, especialmente en la plaza Maubert. Hay guerra de posiciones. De un lado 10.000 estudiantes; del otro, la policía militarizada. Los heridos y detenidos se van sumando en enormes cantidades. El 7 de mayo hay estado de sitio en el Barrio Latino y se suman al movimiento miles de estudiantes de los colegios secundarios (liceístas). Los Comités de Acción de Liceos y el Movimiento 22 de marzo, por la tarde, comienzan una "larga marcha" de 25 kilómetros que atraviesa toda la ciudad. Son 40.000 estudiantes disciplinados, que enarbolan banderas rojas y negras y cantan "La Internacional" al pasar por los Campos Eliseos y el Arco de Triunfo.

El 8 de mayo, "L'Humanité" acusa al Gobierno y los diputados comunistas reclaman una amnistía. La CGT y la CFDT se pliegan a los estudiantes. Lo mismo intelectuales como Jean Paul Sartre y los Premios Nóbel de medicina Alfred Kastler y Jacques Monod. Se forman comités libres de estudiantes que comienzan a autogestionar las universidades. Los estudiantes desbordan a la policía y llegan a la Sorbona. El escritor comunista Louis Aragón, se solidariza con los rebeldes pero es recibido con silbidos por los estudiantes. Entre el 10 y el 11 de mayo se formaron barricadas en torno de las Universidades y varios millares de jóvenes obreros manifestaron su apoyo a los estudiantes, desobedeciendo a la dirigencia burocrática de los sindicatos.

El 12 de mayo, se reunieron dirigentes estudiantiles y de las centrales sindicales y el lunes 13, un millón de personas -la manifestación mas grande desde la Liberación- desfilaron a través de la ciudad al grito de "Pompidou al inodoro", "De Gaulle asesino" y "Gobierno popular". No hay policías ni militares. El poder paseaba por las calles de París.

El 14, manifestaciones estudiantiles y grupos de acción parten hacia las fábricas proclamando: "Los obreros deben tomar la bandera de lucha de nuestras frágiles manos". El miércoles 15; 200 obreros jóvenes toman la fábrica Renault. Al día siguiente, la mayoría de los operarios se pliega a la ocupación y proclaman "la Nanterre obrera". En pocos días y sin ninguna coordinación de los sindicatos, Francia quedó absolutamente paralizada: diez millones de obreros se lanzaron a la huelga general.

Para esa época, el movimiento parisino se extendió a los Estados Unidos, Berlín, Madrid, Roma, Tokio, Estambul, Belgrado, Río de Janeiro, Montevideo, Córdoba y Rosario, Ciudad de México y otras ciudades y regiones.

El ensayo general quedó en eso al no existir ninguna conducción política. En las elecciones posteriores el heredero del antigaullismo fue el candidato único de la alianza socialista-comunista: François Mitterrand. Los años posteriores demostrarían, aun con los socialistas en el gobierno, que la revolución del Mayo Francés había languidecido en manos de las burocracias partidarias. Pero donde hubo fuego, cenizas siempre quedan.


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