lunes, 13 de agosto de 2007

Estudiantes realizaron Plan Vacacional para los niños de los barrios de Caracas

Cortesía Radar de los Barrios



La joven estudia ingeniería en la Universidad Metropolitana; La niña vive en Plan de Manzano, en la Carretera Vieja de La Guaira. Se conocieron en el Plan Vacacional organizado por el Movimiento Estudiantil Universitario para los niños de los barrios de la Gran Caracas.

Alguna vez dijimos que "reconciliación no es permitir que los corruptos y los violentos de antes y de ahora queden impunes. Reconciliación, en realidad, es unir pueblo con pueblo para juntos hacer retroceder a todos los corruptos, a todos los violentos, y poder construir el mejor país posible para todos".

Eso precisamente fue lo que sucedió durante los pasados 15 días en los espacios de la Universidad Metropolitana.



Efectivamente, jóvenes estudiantes de la Universidad Metropolitana, de la Universidad Central de Venezuela, de la Universidad Católica Andrés Bello y de la Universidad Simón Bolívar se olvidaron de sus propias vacaciones y organizaron un Plan Vacacional en el que participaron ochenta niños provenientes de barrios como Plan de Manzano, Federico Quirós y Los Frailes, en Catia; de barrios como La Dolorita, San José y Metropolitano, en Petare, y de varios barrios ubicados en Guarenas.

Niños que nunca habían visto una cancha. Niños que jamás soñaron con pisar una universidad. Niños para los cuáles su horizonte cotidiano estaba acotado, limitado, por la violencia de la escalera o los peligros del callejón, pudieron disfrutar de unas muy merecidas vacaciones en las estupendas instalaciones deportivas y recreacionales de la Universidad Metropolitana, atendidos por los mismos jóvenes que apenas semanas atrás estaban marchando por las calles de Caracas, con sus manos blancas y sus rojos corazones, exigiendo respeto para los derechos civiles de todos los venezolanos.



Hace apenas semanas alguien les dijo "niños bonitos", como si eso fuera un insulto. Pues bien: los "niños bonitos" de las universidades concertaron con la gente del Radar de los Barrios, conversaron con los dirigentes comunitarios de diversas comunidades, convencieron a las autoridades universitarias para que les permitieran el uso de las instalaciones, consiguieron apoyo logístico en varias empresas e instituciones, y lograron hacerle a los "niños bonitos" de nuestros barrios un regalo inolvidable: unas vacaciones en las que pudieron no solo correr, saltar y hacer deportes, sino en la que además aprendieron jugando sobre temas como "qué derechos tengo como niño" o "¿Qué son los derechos humanos?".



También hicieron teatro al aire libre, conociendo de esa manera el uso de la expresión corporal como lenguaje, es decir, como posibilidad y puente para el entendimiento, como posibilidad para el diálogo...



"¿De que color ves el mundo ahora?" "¡Azul!" Tras un cambio de los estrambóticos anteojos, la pregunta se repetía: "¿Y de que color se ve ahora el mundo?" "¡Rosado!" "¿Y ahora?" "¡Amarillo!"
mmm
Así, jugando y jugando, los niños pueden aprender que una misma realidad puede tener distintos puntos de vista, que todos los puntos de vista merecen respeto, y que cada quien tiene derecho a ponerse los anteojos que mejor le parezca. El juego se llamaba "Tolerancia y convivencia". ¿Que tal? En el próximo Plan, en las venideras vacaciones, sin falta lo jugaremos



Las representantes (de Petare, de la Carretera Vieja de La Guaira, de Guarenas) participaron también con alegría y entusiasmo.



Del Radar, fue Willian Requejo quien asumió la coordinación con los estudiantes universitarios en los trabajos antes, durante y después del Plan Vacacional. Allí, entre niños y jóvenes, celebró Willian su cumpleaños número 51. "Esta es la mejor forma de pasar a mi segundo medio siglo de vida: rodeado precisamente de vida, de juventud, de alegría. Todo lo que puedo hacer es darle gracias a Dios".



Nicol, se llama ella, y obviamente el grupo al que perteneció se llamaba "Las Pichurras". Eran las más pequeñas, las consentidas del Plan Vacacional. Y esa era otra enseñanza: Los que tienen más fuerza, más tamaño, más edad o más poder no tienen "derecho" a "mandar" a los demás, sino que tienen la responsabilidad de servir y apoyar.



Asi terminaban sus jornadas los dirigentes estudiantiles convertidos en recreadores: llenos de barro, de pintura, de sudor y de sonrisas, llenos del amor de saberse y sentirse un mismo pueblo con los niños de barrios que quedan a cuatro horas de camino de la universidad...



Norkys Salcedo, dirigente chavista del barrio Federico Quiroz, tenia a su nieta en el Plan Vacacional. Y como es su costumbre (en el Comité de Tierras, o en el Consejo Comunal, o donde sea) ella no podía quedarse quieta, y se metió a ayudar.



La sonrisa invencible de quien sabe que esta construyendo país, unidad, amor y reconciliación, desde Catia hasta la Universidad Metropolitana.



Los niños recibieron además la visita de una delegación de estudiantes de la Facultad de Odontología de la UCV, que les enseñaron unos juegos divertidos sobre el cepillado diario de dientes, muelas y lengua, les aplicaron fluor y al que estaba muy inquieto le hicieron cosquillas.



“Hay muchos motivos para abrazar: un abrazo rompe barreras, alivia tensiones, vence los miedos, ahorra energía porque da calor, no necesita equipos especiales, un buen abrazo nunca sobra y tiene efectos beneficiosos de larga duración…”. Ese es el texto que está en la portada de la super-tarjeta que los niños de Plan de Manzano le regalaron a los guias del Plan Vacacional cuando este culminó, el viernes 10 de agosto.



En el interior de la super-tarjeta hubo mensajes de cada niño y niña para cada uno de los guias.



Los niños del Barrio San José de Petare optaron por expresar sus sentimiento a través de una pancarta firmada con las palmas de sus manos, también con mensajes para cada uno de los guías. Destacó el reconocimiento a María Corina Pardo y a Pancho, apodado por los niños "Pancho Corazón". Para este último, el mensaje fue breve, agradecido y contundente: "¡Te la comiste!"



Niños y jóvenes pidieron a Willian Requejo, del Radar de los Barrios, unas palabras, que el usó para agradecerles a ellos su coraje, su decisión de hacer un mejor país desde la niñez, desde la juventud, desde lo mejor que somos como pueblo.



Joanna expresó su agradecimiento, y su seguridad de que nos volveremos a ver.



Nicol, la pichurra, demostró con sus palabras que desde chiquita tiene la autoestima muy bien puesta: "Los felicito por conocerme", fue su mensaje de despedida a los guias y a sus amiguitos.



"Unir pueblo con pueblo" no es retórica: ¡Es trabajo, y trabajo bonito!



Cansada hasta más no poder, María Corina Pardo -coordinadora de todo el dispositivo- todavía tuvo tiempo de pintarse de verde como Hulk y revolcarse en la grama con los chamos, a los que les decía: "Ya saben: Aquí hay becas, créditos educativos, muchas formas de llegar. Si tu quieres, tu puedes. Esta universidad, cualquier universidad esta a tu alcance". Los niños la veían y tocaban su rostro, como para cerciorarse de que María era de verdad, de que lo que estaba no se lo estaban imaginando.

María tiene razón: si bien es entendible que los dispensarios hay que meterlos "barrio adentro", en cambio las esperanzas, la imaginación de los niños hay que sacarlas barrio afuera. Construir justicia social no es creer que "ser rico es malo", sino trabajar para construir un país en el que TODOS podamos vivir bién, como lo merecemos.



"Unir pueblo con pueblo" no es retórica: ¡Es trabajo, y trabajo bonito!



Al final del Plan Vacacional, las despedidas fueron muy intensas. Jóvenes que nunca habían compartido con niños de los barrios se desprendían de ellos con dificultad, como si fueran sus hijos, o sus hermanitos; Niños que nunca habían visto una universidad no querían irse, como temiendo que el sueño se rompiera, que la magia se acabara...



Caras que hace poco habían desbordado convicción y alegría se pusieron serias, largas...



Hubo lágrimas, intercambio de téléfonos y correos electrónicos, abrazos cada vez más largos...



Por supuesto, las más chiquitas necesitaron más consuelo...



Pero también muchas de "las grandes" no pudieron -ni quisieron, ni tenían porque- ocultar su profunda emoción...



"Nos vamos a volver a ver, seguro", era la promesa que calmaba el llanto de los pequeños, y la desazón de los universitarios...



"¿Viste?", le decía una amiguita a la otra, "Ellos van a ir al barrio. ¿No te acuerdas que quedaron con el señor Willian en trabajar juntos en el asunto ese de evitar el desalojo? ¡Nos vamos a ver otra vez, no llores!"



Se fue corriendo la voz. "Esto es apenas el principio, no es el final de nada"...



Ya estaban afuera las camionetas y los jeeps que trasladarían a los niños y representantes a sus hogares ...



...pero nadie se movía porque la certeza del reencuentro habia hecho surgir las sonrisas otra vez.



Daniel Moros, de la Simón Bolívar, irradiaba confianza, y la transmitía: "Seguiremos aprendiendo juntos, seguiremos unidos, todos somos venezolanos"



Pancho "Corazón" le puso palabras a la aspiración de todos: "Vamos a ir a las casas de cada uno de mis ochenta niños. Vamos a ir a sus barrios, vamos a trabajar codo a codo con sus padres y hermanos, vamos a seguir construyendo juntos alegría y país".
nnn

Y así, con las palabras de Pancho "Corazón", bajamos todos de la Universidad Metropolitana una tarde de viernes, un viernes de agosto, un agosto de Venezuela, de ésta Venezuela que en otros espacios esta hablando de división, de corrupción, de drama, pero que también tiene escenarios como estos, en los que pueblo y juventud aprenden a vencer barreras (las reales y las inventadas) para hacer una historia distinta, no desde el miedo y la confrontación, sino desde la solidaridad, el amor y la conciencia. Conciencia de que divididos somos débiles, y juntos somos la fuerza serena que logrará cambiar para bien a este -nuestro-país.

1 comentario:

UNIDAD 77 dijo...

los felicitos de verdad excelente trabajo, demostrando de verdad quienes son los estudiantes de venezuela.UNIVERSIDAD DE CARABOBO